Marcha Patriótica (MP), una organización que irrumpió en la vida política colombiana hace apenas cuatro meses, podría ser la cabecera desde la cual los guerrilleros se reincorporen a la legalidad institucional si fructificara el diálogo de paz del que participarían con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Cuba y Noruega serán "garantes" del encuentro que comenzará en Oslo (Noruega) y, Chile y Venezuela "acompañantes", según reza en el documento que las partes firmaron el lunes en La Habana.
Sin embargo, cinco días después de que el gobierno colombiano admitiera oficialmente que ha mantenido "encuentros exploratorios" con la guerrilla para instalar una "mesa de paz", las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) –la otra parte del acuerdo habanero– siguen guardando un estricto silencio. De todas maneras, aunque la concreción del diálogo por ahora siga siendo sólo una hipótesis, ello no impide que la sociedad y la prensa se ilusionen. Así surgió la versión de la revista Semana sobre el futuro rol que jugaría MP.
En general, es poco lo que se sabe sobre MP, la organización que el 23 de abril sorprendió al país con una multitudinaria marcha que colmó la Plaza Bolívar de Bogotá. Pese a la magnitud de su demostración, desde entonces los medios le han dedicado un espacio insignificante. Fue Semana la que ayer rescató aquella posibilidad. En una extensa nota publicada en su página web, la revista se aproxima a lo que sería la ideología de "la Marcha", como la llaman sus integrantes.
"Se sabe –dice Semana– que la Marcha es profundamente campesina, que sus demandas son las mismas de las luchas sociales y populares que se han llevado a cabo en América y que sobre algunos de los problemas fundamentales del país tienen reclamos similares a los de la guerrilla, como en el modelo de la reforma agraria". Entrevistado por la revista, el diputado Hernando Hernández Tapasco admitió que "no podemos negar nuestras coincidencias con los planteos de las FARC, puede haber semejanzas en la forma de ver los problemas fundamentales del país".
Hernández Tapasco es el líder de la etnia indígena embera chamí, del departamento central de Caldas, en la zona cafetalera el país, y llegó al Congreso en 2010, postulado en las listas del progresista Polo Democrático Alternativo. Junto con la ex senadora Piedad Córdoba, son las dos figuras mediáticas de MP, aunque Córdoba todavía no ha merecido un titular desde que, el miércoles, manifestara su deseo de participar de la "mesa de paz". Desde Colombianos y Colombianas por la Paz, la ex senadora ha cumplido un papel decisivo para la liberación de decenas de los ex cautivos de las FARC.
Ante el nacimiento de "la Marcha", la derecha optó por estigmatizarla. El ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria, y la columnista del diario El Tiempo, Salud Hernández, escribieron, sin aportar pruebas, que existen nexos entre las FARC y MP. A estas voces se sumaron los altos mandos militares. En consecuencia, a principios de agosto el fiscal general Eduardo Montealegre dijo que investigaría si hay nexos entre las FARC y el movimiento social. «
Equipo de Mundo
para no cometer viejos errores
Según los voceros de la organización que se sindica como probable “albergue” de los rebeldes desmovilizados, Marcha Patriótica tiene presencia en 29 de los 32 departamentos del país, agrupa a más de 2400 asociaciones, algunas de ellas pequeñas, con tan sólo diez miembros, mientras que otras cuentan con cientos de seguidores y cifran su capacidad de convocatoria en más de 300 mil ciudadanos.
Analistas citados por la revista Semana coincidieron en que el papel de la MP será clave, se podrá conocer en los próximos meses y, entre otros factores, dependerá de la reserva con la que se maneje el proceso y del apoyo legitimador que le ofrezca el gobierno, fundamental a la hora de evitar que lo que puede ser una propuesta válida termine convertido en un genocidio político, como el de la extinta Unión Patriótica. La UP fue una experiencia legal surgida en 1985 y diezmada por los paramilitares de ultraderecha, que asesinaron a cientos de sus dirigentes.
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