La organización Human Rights Foundation (HRF) es una fachada de la inteligencia de Estados Unidos que impulsa actos subversivos contra los procesos de cambio en América Latina, denunció un artículo del diario Gramma.
El texto, del periodista canadiense radicado en Cuba Jean-Guy Allard, explica que la CIA se escuda tras esa organización para preparar campañas injerencistas contra Bolivia, Ecuador y Venezuela.
HRF, implicada en el intento de magnicidio contra el presidente boliviano, Evo Morales, en 2009, es manejada por el terrorista cubanoamericano Armando Valladares, destaca el investigador canadiense, especializado en temas de subversión.
Asimismo, denuncia la difusión que hace de informaciones engañosas sobre el caso de una jueza venezolana detenida desde 2009 por facilitar la fuga del país de un banquero estafador.
Al respecto, Allard señala que la organización- fachada difundió una denuncia pidiendo la inmediata liberación de la jueza María Lourdes Afiuni.
Esa información fue publicada por la agencia española de noticias EFE, la cual calificó a la detenida de “prisionera de conciencia del gobierno del presidente Hugo Chávez”, afirma.
Sin embargo, subraya Allard, Afiuni está detenida desde el 2009 por facilitar la fuga del banquero Eligio Cedeño, enjuiciado en 2007 por delitos de distracción de fondos de ahorristas, obtención fraudulenta de divisas y contrabando agravado, al tramitar dólares preferenciales para adquirir equipos electrónicos.
Otra manipulación es afirmar que Cedeño fue simplemente inculpado por efectuar operaciones cambiarias ilegales, indica el investigador canadiense.
La información omite que Cedeño salió de Venezuela en diciembre del 2009 poco después de su liberación sorpresiva por Afiuni, quien dictó la medida en ausencia de los representantes del Ministerio Público.
En mayo del 2011, el banquero recibió asilo por parte del gobierno de Estados Unidos, que lo utiliza desde entonces en sus campañas de propaganda contra el presidente Chávez, destaca Allard.
Valladares, hoy jefe de esta ONG, estuvo preso en Cuba por poner bombas en tiendas y cines en 1960, y nunca ha dejado de colaborar con la CIA desde que se encuentra en su país de adopción, apuntó el periodista canadiense.
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