En las últimas Reflexiones del líder revolucionario cubano, Fidel Castro, tituladas “Cumbre de Guayaberas”, el expresidente hizo un repaso de los sucesos acaecidos en la región y admiró las voces valientes de algunos cancilleres en la VI Cumbre de las Américas.
Fidel Castro recordó el viernes la creación de la “repudiable OEA (Organización de Estados Americanos)” hace 64 años, a través de la cual EE.UU. intervino en Centroamérica y el Caribe, incluida la pequeña isla de Granada, así como en Guatemala, donde cientos de miles de personas relacionadas con el golpe contra las reformas de Jacobo Árbenz (1954), organizado por la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), fueron secuestradas, torturadas o simplemente desaparecieron.
El líder cubano reiteró el papel nefasto del imperio “yanqui” en el ámbito de Suramérica, poniendo como ejemplo que, cuando en la década de los 70 reinaba en Chile el neoliberalismo, el Gobierno del entonces presidente norteamericano, Richard Nixon, decidió derrotar el triunfo electoral de Salvador Allende e imponer a Augusto Pinochet como jefe de Estado, momento en el que empezó la verdadera “etapa siniestra” en la historia de América Latina.
Fidel Castro se refirió, además, a la cancelación de la Constitución de Uruguay, tras muchos años de luchar contra la institucionalidad, y afirmó que a partir de entonces los golpes militares y la represión se extendieron a los países vecinos.
Asimismo, recordó la liberación del autor (posiblemente en referencia a Luis Posadas Carriles) del monstruoso crimen de una prisión en Venezuela por Reagan, expresidente norteamericano, que lo envió a El Salvador para organizar el intercambio de drogas por dinero y emprender una guerra sucia contra Nicaragua, que dejó decenas de miles de muertos y mutilados y cuyos autores fueron protegidos y exonerados de culpa por los expresidentes estadounidenses: Bush padre y Bush hijo.
Respecto a los crueles actos cometidos por EE.UU. contra Cuba, Fidel recordó los brutales sabotajes cometidos contra la línea de transporte aéreo de la Isla, así como las conspiraciones y atentados terroristas perpetrados contra las actividades económicas de La Habana durante cincuenta años.
Finalmente, el líder cubano admiró las valientes palabras de los cancilleres de la Cumbre de Cartagena respecto a los derechos soberanos de Argentina sobre las islas Malvinas, así como las del canciller venezolano, Nicolás Maduro, que con profunda ironía sostuvo que “del Consenso de Washington se pasó al Consenso sin Washington”.
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